Existen tantas formas de
producción artesanal como regiones hay en Venezuela. Las técnicas tradicionales
de alfarería, tejeduría, esterería, cestería, carpintería, talabartería,
manualidades y arte popular se han mantenido inalterables. Las manos de
diestros artesanos que transforman el barro, la fibra vegetal o la madera hacen
de Venezuela una nación de grandes artistas sin escuela, pues en la mayoría de
los casos las habilidades se han transmitido gracias al oficio diario.
Oriente se conoce por su cestería
y la fabricación de muñecas de trapo, especialmente en Anzoátegui y Sucre. El
Zulia destaca por la influencia de la etnia guajira y wayú, con sus tejidos de
hamacas y sus tapices multicolores. Los estados andinos y Lara, por las tallas
en madera de figuras religiosas y próceres civiles, así como por la cerámica
utilitaria y decorativa. La región central se caracteriza por la fabricación de
máscaras de Diablos Danzantes y por la elaboración de instrumentos de percusión
(tambores de diferentes tipos). Las diversas etnias indígenas se conocen por su
cestería, sus tallas en madera de figuras de animales, sus hamacas, sus
máscaras y sus coronas rituales.