Mitos y Leyendas del Estado Trujillo Venezuela

 

Mitos y Leyendas del Estado Trujillo Venezuela

Mitos y Leyendas del Estado Trujillo Venezuela

Tratamiento de hernias en los niños: El procedimiento que se utiliza es propio de la cultura nóstica y la utilización de dicho arbusto se ha transmitido de generación en generación ya que algunas personas, solamente extraen la figura del pié, sin la realización de ningún ritual. Para aliviar las hernias con el árbol llamado Indio desnudo, se le coloca el pie derecho de la persona que está enferma y se marca con un lápiz. Luego se le pide al árbol que sane y cierre la hernia del niño, pidiendo a la madre naturaleza, su asistencia y ayuda. Después se extrae la figura del pie dibujado y se le recomienda a los padres que la cuelguen arriba de un fogón de leña para que se seque lo más rápido posible. Se afirma que en la medida en que se seque la concha a su vez la hernia va desapareciendo. Son muchos los niños que sin necesidad de una intervención quirúrgica, se han aliviado de las hernias a través de esta práctica. Los habitantes de la localidad tienen mucha fe a este procedimiento.

Oración para aliviar el dolor de muelas: Este remedio es muy sencillo. Primero se le pide a la persona que mientras mastica unas cuantas hojas de hierbabuena, rece El Padre nuestro en 7 frases como se muestra a continuación: Padre nuestro que estas en los cielos Santificado sea tu nombre Venga a nosotros tu reino Hágase tu voluntad, aquí en la tierra como en el cielo El pan nuestro de cada día, dándolos hoy Perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Se dice que da muy buenos resultados y se debe rezar con mucha fe.

Leyenda del puente del diablo: Este puente natural es utilizado por los lugareños y tiene un agujero que nunca se cerró, lo que dio origen a la leyenda del puente del diablo. Cuenta la comunidad que hace muchos años un hombre de Estiguates, pactó con el diablo por dinero y éste a cambio de concederle su deseo, le exigió construir un puente de piedra, de no concluirlo antes del primer canto del gallo a media noche, se lo llevaría en cuerpo y alma. El ambicioso hombre empezó su tarea afanado, pues de no terminar a tiempo perdería el dinero proporcionado por el diablo, su cuerpo y alma. Sólo le faltaba colocar una gran piedra para cerrar un hueco casi en la mitad del puente. Se percató de la fosa y fue al gallinero donde trajo un gallo y lo colocó delante de un espejo iluminado por una vela; al verse el gallo canto minutos antes de la media noche. Al oírle, el diablo salió disparado, no regresando nunca y quedando el hueco en el puente.

Encanto del Maporal: En las montañas de El Maporal, dos cazadores, siendo ya muy de noche, cuentan que al verse perdidos al fin encontraron un camino que los conducía a un caserón en la montaña, en donde fueron recibidos con mucha decencia por un hombre alto que jamás habían visto. Quien en tono grave se dirigió a ellos y les hizo invitación para que entraran a la casa. A uno de los cazadores le preguntó qué hacia cazando por estos predios; al igual que les expresó con tono de autoridad que los animales que habían cazado eran propiedad de sus dominios y les indicó que debían cazar hacia el otro lado, refiriéndose más o menos para los lados que daban hacia peña blanca. En ese sitio, se podía apreciar todo un llano con muchos animales y pasto dividido en parcelas. En voz baja y en tono de reverencia les dijo ahí viene el jefe, en ese momento pasó un hombre más extraño todavía con cinturón de cuero grueso y pistola de concha de nácar y de sombrero de pelo de guama amarillo, quien pasó por un lado ignorándolos completamente. Uno de los cazadores le dijo al otro la pezuña compadre ¡yo aquí no me quedo ni de vaina, apresúrese porque nos vamos. El encanto, como leyéndoles la mente, les dijo se pueden ir, pero más adelante pueden hallar más sorpresas. Y en efecto se encontraron con dos lagunas que nunca habían visto, baquianos como eran del páramo, no tenían noticia de su existencia. Siguieron caminando con la noche sin luna y con mucha dificultad encontraron el camino de regreso a casa.

La Piedra del Diablo: La piedra está ubicada en un sitio llamado El Guayabal. Es una piedra de grandes dimensiones, la mayor parte se encuentra enterrada y en sus partes visibles se suele apreciar los cascos de lo que los pobladores llaman la mula del diablo. La leyenda afirma que se trata de la huella impresa en piedra de los cascos del diablo. El pedrusco lo iban a dinamitar en una ocasión, pero sus vecinos se opusieron por los daños que podían causar a sus alrededores. Se puede ver al lado de la vía que conduce de La Vega de Chachique a Cabimbú.

Usos medicinales del llantén: Esta planta crece en toda la población por el clima y la humedad de la tierra. Es una hierba que mide aproximadamente 20 a 40 centímetros de altura. En su tallo, en el tope, sostiene unas florecillas de color amarillo verdoso, todas en forma de espigas y también da frutos que tienen forma de cápsula. Sus hojas son grandes, anchas y alargadas, lampiñas y de bordes enteros. Se pueden utilizar para remedios caseros como cicatrizantes, astringentes, expectorantes y depurativos. Las hojas y semillas se cocinan por 5 minutos y se deja reposar. Al colar se aplica en la parte afectada como lavados y gárgaras; también se usa para las hemorroides.

Leyenda de la Capilla de la Virgen del Valle: La Virgen del Valle fue encontrada el 3 de noviembre de 1989 y se colocó arriba de un lavandero que había quedado de una casa que fue arrasada por la corriente años anteriores, donde hubo una tragedia en la que murieron 8 personas. La piedra que tiene la imagen de la Virgen fue encontrada por Milton Segovia. Una mañana éste se dirigía al pueblo cuando de repente observó un reflejo de luz proveniente de una piedra ubicada en el agua de la quebradita. Miltón llamó a varios lugareños y entre 4 personas ataron la piedra con un mecate y la trasladaron hasta el sitio donde permanece actualmente. Posteriormente en septiembre de 1991, Dalia Morales, residente en Caracas, mandó a construir la capilla en agradecimiento a un favor concedido. Luego el sacerdoteMario Chinchilla y Ramón Aponte, visitaron la capilla e hicieron venir a monseñor Vicente Hernández, quien manifestó que se trataba de la Virgen del Valle. Actualmente la veneran con misas, rezos, velorios y todos los 3 de noviembre celebran su aparición.

Leyenda de María Luisa: Un día María Luisa, que tenía tres años subió con su mamá a la montaña a buscar un tercio de leña y ordeñar las vacas. Mientras su mamá ordeñaba a la vaca, la niña se quedo sola cuidando la leche para ir a buscar leña. Al regresar no encontró ni a la niña ni la leche por ningún lado. La madre comenzó a buscarla, pero no la encontró hasta que por fin decide bajar al pueblo para que los vecinos le ayudaran a encontrarla y así pasaron semanas y semanas. Los vecinos decidieron ir a la laguna que quedaba bastante lejos de donde la había dejado su mamá, pero cuando llegaron se dieron cuenta que alrededor estaba la totuma de la leche y los cabellos de la niña María Luisa. La comunidad de Jajó nombra mucho esta leyenda, es por ello que le colocaron el nombre de la laguna de María Luisa.

Leyenda de la peña de Oro: Se comenta en numerosas leyendas, que este cerro es el guardián de un tesoro que un jefe civil había incautado alrededor de 1920. Dicen que había un arreo de mulas cargadas con lingotes de oro. Se presume que las mulas se despeñaron, y otros que el arriero hurtó el cargamento. El 24 de junio día de San Juan, cuentan que aparecía en la cima una bandera inmensa dorada del fino oro macizo, y algunos curiosos emprendían divertidas excursiones en busca del codiciado tesoro.

Historia del entierro en trapiche de los González Pacheco: En el sitio del entierro se encuentra una casita abandonada de tapiales, su antiguo uso era el de un molino de harina de trigo que datan del año 1894. Se dicen que cinco personas decidieron excavar el sitio donde supuestamente, se encuentra el entierro que ya tenía un buen hoyo. Cuando de repente en la parte de arriba, exactamente en la calle salió, un grupo de personas que habitan la casa del general González Pacheco, gritándoles que salieran de ahí, porque un cuadro que se encuentra en la sala de la casa retrato del general, había comenzado a estremecerse y que en la casa había mucho ruido. Estas personas salieron despavoridas y luego se enteraron por un espiritista que debía morir una de los que desenterraran el tesoro. Actualmente sirve de depósito para siembras y pastoreo de animales.

Entierros de Tuñame: En el sitio llamado, Peña de la galería, en Tuñame, los abuelos en las noches oscuras se observaban luces, bultos y siluetas de personas que llevaban un burro con maletas. Esto se creía que era un aviso de entierros, es decir, las personas que morían dejaban su dinero o morocotas enterradas y esto aparecía para avisar donde estaba enterrado el dinero. Un señor el 31 de diciembre vio una luz en el camino y junto con dos amigos, la siguieron, pero se llevaron picos y palas porque se corría el rumor que había plata enterrada. La luz llegó hasta un árbol y estos hombres comenzaron a abrir un hueco, pero de repente sintieron escalofrío y observaron una nube blanca espesa que se movía hacia ellos. Las personas de Tuñame, aseguran que en varias casas y haciendas, han encontrado plata enterrada, después de haber seguido estos espectros y cavando encuentran ollas o baúles llenos de plata.

Leyenda de la Serpiente de Coral: Se trata de un milagro que se realizó en la montaña de La Morita, alrededor de 1800. Un día un señor que vivía en La Morita, sufrió de lepra y las personas que habitan el pueblo lo aislaron. Debido a eso decidió meterse en la montaña para vivir. Su esposa le llevaba todos los días la comida y una tasa de leche a la montaña, pero no se dejaba ver. Cada vez que ella subía, observaba que de la cueva salía una culebra y probaba la leche. Un buen día ella sube a la montaña y el esposo le pide que le busque ropa; al verlo se da cuenta que está totalmente sano. Sin embargo, él le pide que no le diga nada a nadie. De la emoción ella baja al pueblo y le cuenta al sacerdote. En seguida el padre hace una romería y suben a la montaña a buscarlo. Lo que significó que la culebra coral había curado la lepra del señor. Esta leyenda se ha contado por generaciones en la población de Jajó.

Leyenda de La luz de la Plata: La luz de la plata es un fenómeno que suele salir en Semana Santa, especialmente jueves y viernes santo, gran parte los buscadores de fortunas salen a vigilar una luz que aparece en la finca El Mamón. Algunos interesados tienen un medio de plata o un Cristo de oro debajo de la lengua y pregunta a la luz quiere salir de pena, me puede decir donde está la luz. Luego ese mismo destello los conduce a un zanjón donde al parecer desaparecen los buscadores; otros han hecho varios huecos y han sido atacadas por avispas y ruido que no los dejan llegar a obtener dicho botín. Esta creencia es muy valorada pues quienes han podido encontrar dicho tesoro se han beneficiado y han sacado de pena a quien lo había enterrado.

Patios de Brujas: Es un sitio ubicado en los altos de El Chuchuco, en el camino que lleva al páramo de Cabimbú, en donde las mulas conducidas por los arrieros eran sacudidas por el viento que circula en el lugar. Según los lugareños este sitio se reunían las brujas ya consagradas de la región para dar la bienvenida a las novicias, imponiéndoles como condición que tenían que besar al gran maestro, quien tenía un rostro horrible para poder optar al grado de Brujas. Entre los habitantes del pueblo se hablaba de la existencia de algunas mujeres brujas. Para detenerlas en sus vuelos nocturnos en los techos de las viviendas colocaban una porción de mostaza, una tijera abierta en forma de cruz y unos interiores de las personas que hacián el rito. Al sentir que la bruja se posaba sobre el tejado de la vivienda, le gritaban vuelva mañana por sal y al otro día la persona que menos estaba bajo sospecha se presentaba a pedir una medida de sal en calidad de préstamo.

Leyenda del viejo de barba azul: José Evangelista contaba que había una cueva debajo de una piedra; cuando pasaba por allí, se colocó en el sitio a descansar en la piedra y se quedó dormido. Al despertarse se encontraba dentro de un palacio con objetos de oro, como tinajas y objetos de oro. Mientras contemplaba todo lo que veía, se le apareció un hombre vestido de azul con gorra azul y barba azul y le dijo bienvenido a su palacio. Fue tanto su asombro que quedó mudo por un rato y sentía miedo por su forma del viejo. Pero el señor de la barba, le tocó y le dijo vuelve a tu mundo y le entregó una monedita de oro diciéndole que no la gastara para comprar porque la moneda desaparecería. Cuando despertó apareció dentro de la cueva se dirigió montaña abajo y en la bodega que encontró quiso comprar algo allí y se le desapareció la moneda. Estas anécdotas se han convertido para sus pobladores en una creencia porque les sucedió a varias personas del pueblo.

Leyenda de Espanto: Antes de que llegara la planta eléctrica a La Quebrada, la penumbre nocturna era alumbrada con lámparas de carburo, fabricadas por Pedro Montilla, la encendían a golpe de siete de la noche. Estas lámparas colocadas estratégicamente en cada esquina, no duraban casi nada. A las 9 de la noche el pintoresco pueblo se encontraba en tinieblas. La oscuridad hacía posible el surgimiento de numerosos espantos que desandaban calle arriba y calle abajo, ante el estupor y miedo de los apacibles quebradeños. Los espantos en todo caso no eran tales. Se daba el caso de que fuera sino uno que otro vivo que solía visitar a algún amor clandestino a altas horas y en muchos casos damas del buen vivir que corrían a los brazos de su adorado tormento, ya sea a La Travesía, la calle del Sobaco, La Capilla y La Pueblita.

Entierros de Botijas: En el sector existen numerosas leyendas acerca de los entierros, que se debían fundamentalmente al dinero almacenado en morocotas, que se enterraban por sus dueños para asegurar que estaban en un sitio seguro. Se abría un hoyo regular y se depositaba su tinaja o se hacía lo mismo bajo una inmensa piedra debajo del fogón de la casa, en una gruesa pared de tapial. Cualquier sitio era bueno para guardar el dinero esto se debía a que no existían bancos donde depositar las cosas de valor. Cuando fallecía, quien ha enterrado su dinero, las cosas se complicaban más, su alma quedaba en pena y comenzaba a vagar sobre todo como un cocuyo inmenso, luz azulita y parecía que comenzaba a caminar hacia donde estaba la botija.

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