Mitos y Leyendas del Estado Yaracuy Venezuela

 

Mitos y Leyendas del Estado Yaracuy Venezuela

Mitos y Leyendas del Estado Yaracuy Venezuela

La leyenda de María Lionza: se remonta a la época prehispánica. Los indígenas que habitaban lo que hoy se conoce como el estado Yaracuy veneraban a Yara, diosa de la Naturaleza y del Amor. Se dice que el vocablo yaracauy de donde surge el nombre de Yaracuy, significa lugar de Yara, aunque hay otras versiones que indican que el nombre de Yaracuy deriva de la voz indígena yaraí, que significa coger agua, y Cuí- Cu-i que se traduce por allá lejos; por lo que Yaracuy significaría coger agua muy lejos. De acuerdo a la descripción que los indígenas hacían de la diosa Yara, se trataba en principio de una mujer triste de grandes ojos verdes, pestañas largas y amplias caderas, cuyo cuerpo despedía el aroma de las orquídeas, de sonrisa dulce y melancólica, cabellos lisos y largos hasta la cintura, con tres hermosas flores abiertas tras las orejas. Según la tradición indígena, Yara fue una hermosa princesa indígena raptada por una enorme culebra dueña de las lagunas y los ríos.

El mito de Yara sobrevivió a la conquista española, aunque sufrió algunas modificaciones. En este sentido, Yara fue cubierta por la religión católica con el manto de la virgen cristiana y tomó el nombre de Nuestra Señora María de la Onza del Prado de Talavera de Nivar, nombre que con el paso del tiempo se convertiría en María de la Onza y posteriormente en María Lionza.

La leyenda que se conoce actualmente relata que la doncella indígena es la hija encantada de un poderoso cacique de Nirgua. El chamán de la aldea había predicho que cuando naciera una niña de ojos de color verde agua había que sacrificarla y ofrendarla al dueño del agua, a la gran anaconda, porque de lo contrario vendrían las ruinas perpetuas, pero su padre fue incapaz de matar a su propia hija y como no existía ningún poder humano superior a él mismo en la comunidad, nadie se atrevió a sacrificarla.

El cacique escondió a la niña en la cueva de la montaña prohibiéndole verse reflejada en el agua. La mantuvo en este cautiverio con la ayuda de veintidós guerreros que la vigilaban e impedían su huida. Pero un día, una fuerza misteriosa adormeció a los guardianes y la bella joven salió de la cueva y caminó hasta el lago viendo por primera vez su reflejo en el agua. Tan pronto la doncella se miró en aquel espejo de natural docilidad, sus ojos se confundieron con el color del agua, despertando al dueño del lago, quien se enamoró de ella y la atrajo hacia su mundo.

Así, Maria Lionza y la poderosa serpiente celebraron una conmoción espiritual y mística. Cuando su padre intentó separarlos, la anaconda creció enorme y estalló provocando una gran inundación que arrasó con la aldea entera. Otra versión de la leyenda indica que tras ser raptada por la anaconda, los espíritus de la montaña decidieron castigar a la culebra, haciendo que se hinchara hasta morir reventada. Posterior a eso la joven princesa, convertida en diosa, fue elegida como la dueña de las lagunas, ríos y cascadas, madre protectora de la naturaleza y reina del amor, convirtiéndose además en la diosa protectora de los animales. Su imagen es muy venerada, respetada y conocida en toda Venezuela y es la imagen emblemática con la que se identifican sus dominios, ubicados en el municipio Bruzual, en su reino natural que es la montaña de Sorte. Día a día, año tras año el peregrinaje de los creyentes confluye a venerarla ofrendándole flores, frutas y bebidas por los milagros recibidos.

Leyenda de la Bola de fuego o Candileja: Se dice que hace mucho tiempo, en estas tierras, una mujer mantuvo una relación incestuosa con uno de sus hijos tras asesinar a su legítimo esposo y que después de ello, al morir, le fue negado entrar al reino de los cielos, condenándola a vagar por los caminos en forma de esfera de fuego. Esta aparición aterroriza a los caminantes en las noches oscuras, especialmente durante la semana previa a la Semana Santa. Se dice que cuando a algún caminante se le aparece la bola de candela, debe maldecirla, arrastrar una soga o desmontarse del caballo y tenderse boca abajo para ahuyentar al espanto.

Leyenda de Juan Machete: Esta leyenda cuenta la historia de un ambicioso hombre que hizo un pacto con el diablo para obtener riquezas y fama a cambio de su familia. Se dice que para llevar a efecto el pacto, el diablo le dijo a Juan Machete que tomara un sapo y una gallina, les cosiera los ojos y los enterrara vivos el viernes santo a media noche. Luego debía invocar al señor de las tinieblas de alma y corazón para que el pacto se materializara. Tras hacerlo, los negocios de Juan prosperaron hasta convertirse en el hombre más rico y poderoso de la región, obteniendo éxito en todos sus negocios y proyectos. Un día misteriosamente comenzó a desaparecer su ganado y a disminuir su riqueza, cada uno de sus familiares se fue muriendo lentamente a causa del pacto y cuando Juan Machete se quedó solo y con una menguada fortuna, desapareció de esas tierras no sin antes enterrar el resto de los tesoros que tenía. Se cuenta que algunas personas han visto a Juan Machete convertido en un ánima en pena que recorre las soledades de la región escupiendo fuego y blandiendo un machete de un lado a otro sobre la tierra y que cuando golpea una roca con la punta de esta herramienta, la piedra se parte en un chispero de luces.

El Palón de El Copey: Se dice que este samán fue sembrado en el año 1856, mide 20 m de altura y el diámetro de su tronco es cercano a 1,50 m. Posee numerosas ramas gruesas, abundante follaje y su corteza es corrugada y oscura. Los habitantes de esta comunidad lo llaman El Palón y constituye un emblema para los lugareños porque en torno a él se realizan diversas actividades culturales además de ser para muchos, el sitio de fundación del poblado.

Cura de la Culebrilla: Esta afección que suele manifestarse con ardor, el enrojecimiento de la piel y la salida de escamas, se dice que es mortífera si no se le ataca a tiempo. Suele ocurrir que la culebrilla, también llamada erisipela, se manifiesta a la altura de la cintura y se extienda rodeándola hasta cerrar del otro lado. Se cuenta que cuando esto pasa sobreviene una gran fiebre a la persona que la padece que puede causarle la muerte. Para evitar esto, Doris Yolanda Rivero Perozo, en el poblado La Peñita utiliza aceite de almendra y una planta conocida como yocoyo, acompañado de una oración y forma de rezo especial. Ha dedicado casi treinta años a tratar la culebrilla. Jonás Server, quien vive al final de la calle principal de Cocuaima, es valorado como un portador de conocimientos ancestrales relacionados con la elaboración de medicinas a partir de plantas curativas además de conocer las técnicas para curar la culebrilla. Para curar la culebrilla aplica durante tres días seguidos una preparación hecha con el zumo de la planta de yerba mora, conocida como yocoyoco, que se obtiene de machacar las hojas con una piedra, recoger y colar el zumo. Luego se le agregan unas gotas de aceite de almendra y se colocan sobre la piel del enfermo. Esto se realiza acompañado de un rezo donde se invoca el poder de Dios y se conjura la culebrilla desde la cabeza a los pies, con la oración de Jesús María y José, escribiéndola con una pluma de gallina y el zumo de la planta. Otro tratamiento para la cura de la erisipela es el llamado cataplasma a base de tuna real, muy conocido en la población de San Ramón. La tuna real es una planta de 1,50 m de altura, en lugar de hojas tiene espinas y su fruto es redondo como un disco. Para preparar el cataplasma, se debe sancochar un fruto de tuna real. Una vez pasado unos minutos, se le raspan las espinas y se mezcla con aceite de almendra y aguardiente de caña. Se coloca sobre la parte enferma de la piel, se envuelve con una venda y se deja así durante toda la noche.

Palo Mayombe o Palo Monte: A los practicantes de este conjunto de creencias se les conoce comúnmente como paleros. Su origen se remonta a tiempos inmemoriales como la mayoría de las prácticas afroreligiosas que se realizan en Latinoamérica. Se dice que proviene del sudeste de África y llegó a Cuba hacia inicios del siglo XVI aproximadamente, allí se mezcló con otras corrientes religiosas del África y con las criollas, surgiendo así el Palo Mayombe. Comúnmente se piensa que el Palo es una forma de magia negra, porque el palero puede elegir trabajar con los Nfumbes o espíritus luz, o con los Ndoki o espíritus oscuros o fantasmas, pero también utilizan los espíritus de la naturaleza y entre éstos últimos se encuentran los Nkitas que están en los árboles, plantas, piedras, y animales y los Npungos, que son otras entidades más elevadas dentro del orden de la naturaleza que se manifiestan en el mar, el viento y el relámpago. Mucha gente cree que la práctica del palo se emplea para lanzar maleficios sobre otras personas pero las maldiciones no son comunes, más bien son una excepción. Buena parte de sus practicantes consideran que la principal finalidad del Palo, es lograr la iluminación traducida ésta en mayor desarrollo y crecimiento espiritual. Sin embargo muchos de sus practicantes advierten que como el Palo trabaja con espíritus, estos seres desencarnados así como los encarnados, pueden obrar en sentido del bien o del mal, por ello tienen mucho cuidado al escoger con quien se asocian tanto en el plano terrenal como en el espiritual.Existen varias diferencias entre santeros y paleros, de hecho se originan en culturas diferentes, los ritos de los paleros provienen del sudeste de África mientras que los de los santeros provienen del África occidental, propiamente en Nigeria, herederos de la tradición yoruba, pero la diferencia central que hace incompatibles ambas tendencias afro caribeñas, es que los paleros utilizan trozos de cadáveres humanos llamados comúnmente muertos para sus ritos, mientras que los santeros, aunque admiten que realizan sacrificios de animales como parte de ritos ancestrales en honor a sus deidades, rechazan la utilización de restos humanos en sus prácticas. Según sus prácticas los paleros sustraen partes de un cadáver humano no de cualquier difunto, sino de aquellos que exigen desde el mundo de los muertos, irse del lugar donde fueron enterrados. Generalmente toman lo que se encuentre de la cintura hacia arriba. Cada palero tiene su muerto que le sirve de protección porque consideran que no existe mejor asistencia que la de un alma que anda penando por el mundo sin nadie que lo atienda. Consideran que una vez el creyente se consagra al muerto y lo empieza a atender, ésta alma le proteje estableciéndose una relación en la que el creyente le brinda atención al espíritu y el Nfumbe le retribuye consiguiéndole al creyente lo que éste solicite. El muerto y el Nfumbe decide cuándo comienza el ritual, cuándo termina, quién puede estar y qué se come o bebe durante una ceremonia. Para ello el oficiante consulta al muerto y al Nfumbe en privado frente al altar también llamado fundamento. El ritual empieza luego que el muerto y el Nfumbe otorga los permisos. Se le rinden ofrendas como palomas, terneros, gallinas y un macho cabrío vivos que son sacrificados para entrar en contacto con el muerto. Antes de matar a cada animal, se baila en torno a él acompañados de música para complacer al muerto; se degüella al animal, se vierte la sangre en el fundamento o altar sobre los restos del muerto y se separa la cabeza del animal para colocarla en el altar.

Culto a Don Nicanor Ochoa: Fue un espiritista, rezandero y curandero, a quien se le comienza a rendir culto después de su muerte, tanto por la colectividad nirgüeña como de otros lugares del país. La veneración al espíritu de don Nicanor se lleva a cabo principalmente en el cementerio, donde se encuentra su tumba y una capilla con su nombre. Algunos seguidores, quienes asisten vestidos de rojo o blanco, un garrote, sombrero de cogollo y tabaco, llegan organizados en caravanas para realizar sus rituales espiritistas y poner en su altar placas por los favores recibidos, esencias, sahumerios y tabacos. Es cotidiano entre los creyentes realizar en este sitio rituales donde, según sus testimonios, reciben el espíritu del santo. El culto a don Nicanor es acompañado por los rituales en honor a las Tres Potencias. Anualmente acuden miles de creyentes y cada día aumenta el número de visitantes que asisten de otros lugares del país y de las islas del Caribe, siendo el domingo uno de los días más especiales para rendirle culto. Es de gran significación espiritual para todos los nirgüeños y muy especialmente para los creyentes de María Lionza. Muchas familias de Nirgua tienen en sus casas altares particulares en honor a quien consideran un santo y acuden al Cementerio Municipal de Nirgua a rendirle culto y pagarle promesas.

Leyenda de la Mula Coja: Se cuenta que anteriormente era un potrero en donde había cujíes y aparecía el fantasma de la mula coja, que por las noches salía y hacía mucho ruido al caminar por todo el terreno. Antes de construir la casa, la esposa del propietario, la señora Carmen, construyó una cruz que vistió y colocó un 4 de mayo, pidiendo que las cosas malas que allí sucedían desaparecieran, lo que en efecto sucedió. Su primer propietario fue el señor Raúl Sánchez Colmenares, heredándola su esposa al fallecer éste.

Leyenda de la Doncella Encantada: Historia de origen indígena que cuenta que entre los indios jiraharas nació una niña, hija de un cacique, con los ojos de una extraña tonalidad verde agua y con brillo de esmeraldas. El piache o chamán había anunciado años atrás que esto ocurriría y que si ella veía su imagen reflejada en alguna parte, traería la desgracia a su pueblo, por lo que fue encerrada y puesta en custodia de los mejores guerreros. Un día ellos fueron poseídos por un extraño sueño emitido por la serpiente anaconda que vivía en el fondo de la laguna. La doncella escapó y llegó al borde de la laguna. Cuando miró sus ojos reflejados en el agua fue poseída por la anaconda. Ella lanzó un grito que se expandió por la sierra de Nivar y se sumergió en el agua. Esto creó un caos que hizo que se desbordaran las aguas y causara una inundación, la que arrasó con casas, sembradíos y templos o sitios donde se hacían los rituales. Los indígenas huyeron despavoridos y la anaconda estalló, quedando la cola en Sorte y la cabeza donde está el altar mayor de la catedral de Valencia. La comunidad siente y valora esta leyenda como parte de su propia cultura.

Mito del Venado de Plomo: Este mito trata de un venado que protegía a los animales en el cerro, ahuyentando a los cazadores; mientras cazaban, y tenían algún animal en la mira, salía repentinamente un venado de gran tamaño, como de 3m de largo y con una altura de 2 m y cuernos enormes. Se cuenta que mató a varios cazadores. Su táctica era hacer que el cazador lo persiguiera, sin embargo no lograban alcanzarlo; hasta que en el año 2000 fue tumbado por una bala de cazador. El mito cuenta que cuando lo mataron, intentaron comérselo, pero no pudieron debido a que la carne estaba llena de huecos y con un fuerte olor.

Leyenda del Hachador: Esta es una leyenda que se fue creando a través de la tradición de los antepasados. Antiguamente a lo lejos se escuchaban personas que cortaban árboles con un hacha, gritando Cuidado abajo, sintiendo la caída de los árboles, sin lograr ver a nadie. Los habitantes de algunas zonas del municipio La Trinidad creen escuchar todavía hachazos, aunque se presume que sea un espíritu que asustaba a los cazadores y a los hachadores de los cerros, bosques, montañas y sabanas.

Leyenda El León: Esta leyenda data de los años 60. Según los relatos existía una persona que se transformaba en león a través de la magia negra. Los pobladores presumen que Ramón Pérez es la persona que se convertía en esta fiera a altas horas de la noche, visitando las casas de mujeres en cinta con el fin de comerse al feto, objetivo que no lograba ya que las personas dentro de la casa comenzaban a orar y éste se ahuyentaba. La leyenda destaca que el león aruñaba y emitía un sonido de búho. A pesar del tiempo que ha trascurrido muchos pobladores lo recuerdan con temor.

Leyenda del Hombre Entaconado: Es una leyenda muy antigua que relataba de la existencia de un sonido de tacón emitida por un hombre de botas de tacón y de sonido grave. Muchas personas cuentan que les causó escalofríos al escucharlos. Según los habitantes al pasar por la calle a las doce de la noche, en la época de Semana Santa, se escucha el taconeo a lo largo del poblado.

Leyenda del Tropel de Caballos: Esta leyenda narra de un grupo de 10 caballos aproximadamente de color marrón, los ojos eran fuego, además relinchaban y se sentía el sonido de los cascos. El testimonio de uno de los testigos cuenta que una vez se sentía muy mal de salud, lo que hizo que a la una de la madrugada saliera a pedir a ayuda a sus vecinos, logrando mirar a lo lejos un tropel de caballos desbocados. La impresión que tuvo fue que cada vez se acercaban más hacia ella, causándole terror y refugiándose en su casa, hasta verlos desaparecer.

Leyenda del Muerto de la Medicatura: Esta leyenda cuenta de un hombre esbelto, alto, vestido con ropa blanca y descalzo que se aparecía siempre a la media noche por los pasillos de la medicatura. Un grupo de jóvenes cuenta que un sábado venían de una fiesta y pasaron por la medicatura, logrando ver la figura de un hombre vestido con ropa blanca que les susurraba al oído. Esto causó que uno de ellos se desmayara, el resto del grupo se unió para recogerlo y sintieron que alguien había salido caminado.

Bola de Candela: Cuentan que era una imagen visible de color rojo como el fuego, que se desplazaba por encima del aire en línea recta de un lado a otro en busca de las partes del cuerpo del Tirano Aguirre, a quien después de darle muerte le desmembraron su cuerpo en seis partes para que cada una de ellas fuera enterrada en diferentes pueblos, luego de haberlas expuesto por tres días en plazas públicas. Se dice que 10 años después de su muerte se veían rodar por los montes unas bolas de fuego que iban de un lado a otro, por encima del aire en línea recta. La gente decía que era el espíritu del Tirano Aguirre buscando sus partes. Según la tradición, se cuenta que su mano izquierda fue enterrada en Hato Viejo, la mano derecha en Quíbor, la cabeza en Barquisimeto (donde ahora funciona el parque Bararida), el tronco del cuerpo en El Tocuyo, la pierna izquierda en Calabozo y la pierna derecha en Acarigua.


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