Tradiciones del Estado Monagas Venezuela

 

radiciones del Estado Monagas Venezuela

Tradiciones del Estado Monagas Venezuela

El Estado Monagas es cuna de importantes manifestaciones culturales, tales como: el Joropo oriental y Galerón, el Baile del sebucán, La Danza Maya, el Baile de La Paloma, el Baile de El Gavilán, el Baile de la Culebra, El Toro de Ipure, el Baile de La Guaraguara, la Danza del conejo y el Velorio de Cruz de Mayo, entre otros.

Joropo oriental: El joropo es un ritmo musical característico de todo el país. Su variante oriental se interpreta particularmente en los estados Monagas, Nueva Esparta, Sucre y Anzoátegui. Los instrumentos utilizados para interpretar este ritmo son el cuatro, la cuereta o acordeón, la tambora, las maracas y la voz. El baile suele ejecutarse en parejas, generalmente vestidas con el traje típico de la región, alpargatas y sombrero para los varones y faldas con colores muy vistosos y alpargatas para las mujeres.

Galerón: Expresión musical típica del oriente venezolano. Es de origen hispano, pero se difundió por toda la región del Caribe. La forma poética del galerón es la décima o espinela la cual es entonada con humor y gracia. Los temas del galerón son muy variados y generalmente tratan de temas universales, como la vida, la mitología, el amor, la historia, la religión, etc. El canto se inicia después de un preludio musical ejecutado con el bandolín, el cuatro y la guitarra, instrumentos acompañantes del canto. La interpretación de los galerones dura un largo tiempo, razón por la que cuando termina uno los cantores beben y conversan y luego interpreta el otro. En el oriente del país, los galerones forman una parte fundamental de los velorios de la Cruz de Mayo.

Baile del Sebucán: Baile de origen indígena que se realiza en ocasión de algunas festividades del estado. El sebucán es un instrumento como una especie de prensa en forma de cesta alargada hecha de bejuco de camuare, que se utiliza en el oriente y sur del país para exprimir la yuca rallada y extraerle el yare o jugo venenoso y así poder preparar el casabe. Para realizar el baile del sebucán se coloca un palo de madera muy alto con más de doce cintas de colores distintas amarradas en su extremo. El baile consiste en trenzar el palo con las cintas de colores al ritmo de una melodía que se interpreta con el bandolín, el cuatro, el furruco y las maracas.

La Danza Maya: Creada en 1971, consiste en una representación musical hecha por varias muchachas vestidas con blusas amarillas y verdes, con hombros con faralados y faldas con espigas en forma de hojas de colores amarillos y verdes con un pantalón corto pegado debajo de las faldas; y un hombre vestido de campesino con sombrero y alpargatas, con su machete y un racimo de fruto de la maya. Es la principal representación cultural del estado Mongas en el país. Expresa en sus prosas y versos las costumbres y tradiciones de su pueblo. El nombre viene de un fruto denominado así que abunda en la región, fue tomada por los creadores de la danza por largo tiempo.

Baile de La Paloma: Evento tradicional en el que se conjugan el baile, la música y el drama en el género de la tragicomedia. Se realiza los días 20 de noviembre en las festividades de Cristo Rey. Los personajes son los siguientes: un niño campesino, una paloma y un hada protectora de los animales. La música es un corrío llanero y el vestuario consiste en unas faldas con blusas color rojo y blanco, para las damas. El que hace el papel de la paloma baila en el centro, simulando los movimientos y sonidos propios del animal. Mientras éste baila, aparece el campesino con un arma y hiere al ave fatalmente. Ésta se postra, emitiendo sonidos de dolor, en medio de los danzantes. Es entonces cuando interviene el hada, que rescata a la paloma. La representación termina con los personajes bailando todos abrazados.

Baile de El Gavilán: Danza tradicional del poblado de Ipure. Fue creada porAgustín Bello Mejías, el mismo que creó el baile de La Paloma, y se inspiró en el ave de rapiña y su invasión de los campos, huertos y haciendas del municipio. La música es un joropo oriental en la modalidad del zumba que zumba y se ejecuta con los instrumentos convencionales: mandolina, cuatro, maracas, güiro, guitarra y tambora. No tiene letras y su representación comprende música, danza y actuación. Los personajes que participan en la escenificación son tres niños, uno vestido de pollito, otro de gavilán y otro de hada. El ambiente simula un campo, ya sea a través de telones, papeles pintados o cartones; además se incorporan los utensilios del trabajo del campo como pilones, tijeras y hachas. La representación comienza con la entrada en escena de un grupo de jóvenes al iniciarse la música. En el centro de la tarima se ubica el pollito el cual pía constantemente como si intuyera la presencia del enemigo depredador. El grupo de jóvenes se acerca a él y lo va rodeando. Aparece el gavilán, haciendo sus movimientos característicos, y ataca al pollito. Los jóvenes danzan felizmente y luego rodean al pollito a modo de protección.

Baile de la Culebra: Se trata de una danza tradicional de origen indígena, que se representa en la población de Ipure. Esta danza conserva todos los elementos del antiguo teatro de calle o las comparsas, aunque con instrumentos modernos como el cuatro, mandolina, guitarra, maracas, y otros que se tengan a mano. Así como en la Danza Maya unos versos se recitan y otros se cantan. La representación incluye un cazador, protagonista de la pieza, un oficial, un padre, un hijo, un policía, la babilla o culebra y un médico. El escenario se decora con elementos como escopetas, arpones, redes, trajes y otros implementos usados por los policías, una botella de refresco con su contenido, un reloj despertador, una mazorca que hará las veces de jeringa para aplicar una inyección, entre otros. La música que se interpreta es un mare mare.

El Toro de Ipure: Danza tradicional compuesta por Agustín Bello, y muy popular en la población de Ipure. Consta de una versificación contenida en cuatro cuartetas, con música de mare-mare en distinto ritmo. Se trata de una manifestación popular que asemeja al teatro de calle o comparsa. Consta de varias partes entre las que se incluyen la presentación de los personajes, entrega de flores, banderines y otros emblemas, los cuales se recuperarán al finalizar la actuación, con las respectivas contribuciones o aportes monetarios de los asistentes.

La Guaraguara: Danza tradicional con letra de Alicia Margarita Borthomierth y música de José Apolinar. Una leyenda dice que cuando los indios capaya, antiguos habitantes de San Antonio asentados en las orillas de la quebrada Capaya, entablaban amistad con los misioneros, les obsequiaban un sancocho de guaraguara. Estos quedaban fascinados por la exquisitez del plato y fue así como el sancocho adquirió fama en los pueblos adyacentes. Entonces, a través del baile La Guaraguara, el pueblo de San Antonio hace honor a sus aborígenes y sus tradiciones culinarias. El ritmo está marcado por el cuatro, las maracas y el tambor. Los personajes que conforman la danza son: el bailador (que lleva la guaraguara), un cuatrista, un maraquero, un tamborero, un atarrallero, un arponero, dos indígenas, un fraile y no puede faltar el plato del sancocho. Además, doce muchachas representan los ingredientes del sancocho (ñame, auyama, cambur, ocumo, ají, pimentón, cebolla, sal, aceite, arepa y aguacate). Durante el baile se forman dos hileras de seis integrantes cada una y todos bailan al compás de la música. La vestimenta de las damas es de faldas estampadas y blusas con faralado.

Danza del Conejo: Esta manifestación se desarrolla en un ambiente campesino, los campesinos cargan las conchas, pólvoras, tacos, machetes, cuchillos, entre otras cosas. Se tocan instrumentos como la mandolina, cuatro, maracas, guitarras, tambores y charrascas, que suenan al ritmo del merengue. El proceso se desarrolla simulando que se está en el monte, un niño representa un conejo, para lo cual se le confecciona un traje adecuado; se cantan cinco sextetos, el primero sirve de coro, el cual se repetirá después de cada estrofa. Fue creada por Epiménedez Mérida, Pimón, y Estanislao Segura Gómez, de Cumaná. Por ser creación de estos dos populares personajes culturales es de gran valoración para todos los pobladores del municipio Piar y es una danza muy popular y conocida por todos los pobladores. La danza se organiza en cinco sextetos, el primero sirve de coro y se repite luego de cada estrofa.

Baile de la Babilla: La baba es un reptil del orden de los saurios y de la familia de los aligatóridos; su carne es muy agradable y jugosa. Atrapar a la babilla es todo un proceso en el cual, en ciertos momentos, puede haber cierto riesgo físico. Concluida la captura y el enorme festín que duraba días, quedaban para el regodeo el recuerdo de las habilidades, las astucias, la exaltación del valor, las burlas ante las actitudes medrosas, y todo esto incitaba a reproducir las escenas, y organizaban un simulacro de cacería tratando de imprimirle la mayor fidelidad; de allí se origina el baile. La danza es de origen chaima. Hacia mediados del siglo XVIII se dejó de practicar esta manifestación en medio del tránsito colonial a republicano y las batallas independentistas que menguaron y convulsionaron la zona. Así pues, el baile de la babilla, o la representación teatral con acompañamientos de instrumentos aborígenes, de la cacería de la baba joven o babilla había cesado; para reaparecer nuevamente en el municipio Punceres muchísimos años después, en 1960, con todas las modificaciones que es de suponer, convirtiéndose en una pieza popular de remembranzas aborígenes. Miguel Rodríguez junto con toda su familia conjugaron ideas para crear una pieza que involucrara a la baba. La obra se organizó, se ensayó y el montaje y la presentación al público corrió por cuenta del grupo de Danzas Quiriquire con la colaboración de otros lugareños. Desde que los organizadores de 1960 recuperaron esta tradición elegieron el mare-mare como ritmo musical de acompañamiento. La representación del baile comienza con un cazador, responsable de alcanzar a la babilla. Un representante o director de la representación o ejecución de la danza. Un oficial, que, además de identificarse como experto cazador, es el presentador de la danza. Y finalmente un papá, un hijo, un policía, la babilla y un médico. En un espacio cualquiera, sea plaza, calle o teatro, van apareciendo estos personajes así como otros pintados en telas o cartones o confeccionados a manera de móviles, los elementos propios presentes en unas escenas como éstas. En este caso particular de mestizaje serían escopetas, arpones, redes, trajes y otros implementos usados por los policías, una botella de refresco con su contenido, un reloj despertador, una mazorca que hará las veces de jeringa para aplicar una inyección, una vara que hará las veces de caballo. Aunque la música es un mare-mare, los instrumentos no son los aborígenes; usándose cuatro, bandolina, guitarra, maracas, y otros que se tengan a mano. Los danzarines se visten con trajes tradicionales: pantalones, alpargatas, sombreros, camisones. El policía, el padre, el hijo, el cazador y el médico, usan los trajes que los emblematizan, pero un poco estrafalarios, acordes con sus actuaciones desatinadas y jocosas. Entre bailes y versos hace su entrada la babilla; el cazador acude a cazarla; el policía detiene al cazador. El hijo toma una vara y la monta a manera de caballo y sale al galope en busca del médico con el cual regresa montado en la grupa y llevando su instrumental. El médico ausculta a la babilla utilizando el reloj despertador como estetoscopio; la inyecta con la mazorca y le administra como vitaminas el contenido de la botella de refresco. La babilla sana inmediatamente, se levanta y de nuevo suena la música y se reanuda la danza un rato más, concluyendo así el baile.

Baile del Mono: De acuerdo con el calendario festivo de la iglesia católica el 28 de diciembre es día para recordar la matanza de los Santos Inocentes. En esa misma fecha Caicara de Maturín se anima con la celebración de El Mono donde se sincretizan viejas creencias indígenas con una fiesta de Locos. La fiesta del mono representa para el caicareño el día del retorno y del reencuentro con su idiosincrasia que está convenientemente situado entre Navidad y Año Nuevo, ese día cada nativo de Caicara de Maturín, no importa donde se encuentre, hará cualquier intento posible para retornar a su pueblo. Por ello, este baile es un símbolo de identidad que hace que los distinga de otras regiones y localidades. El personaje principal, vestido de mono, es quien guía la danza; detrás de él siguen las parrandas constituidas por un grupo numeroso de personas, que son agrupaciones unidas por nexos de afectividad y constituyen pequeños clanes organizados alrededor de un ancestro común, que los hace solidarios a través de lo que podríamos llamar el sentimiento moreno. Cada una de estas parrandas está presidida por una mujer o capitana con la bandera del grupo, en el papel de mayordoma, quien hace sentir su autoridad para dirigir la parranda y también para protegerla, distinguiéndose por usar un paltó liquiliqui, un sombrero alón adornado o vestimentas muy extravagantes, además de una espada en la mano y exceso de maquillaje en el rostro para dar más vistosidad. Todo este conjunto de personas forman una larga hilera tomada por las caderas de quienes los anteceden y van realizando movimientos sinuosos, meciéndose hacia atrás y hacia delante en una danza muy particular en la que el mono marca los pasos. La música está caracterizada por el ritmo y los sonidos del cuatro, maraca, tambora, furruco, guitarra, guarura, cacho, cariaco, entre otras. En torno a la gran cadena humana que recorren las calles de Caicara de Maturín, se suman personas que mojan y manchan a los demás parranderos con agua, harina y pintura de añil. En el baile del mono se han utilizado pinturas desde hace muchas generaciones, cuando no se conocían las industrializadas, provenientes de diversos árboles como:conopia —casi negra—, carretolendo —anaranjado—, mancha ropa —anaranjado—del carbón —negro—, tierra, entre otras. Hoy en día se utiliza básicamente la pintura de labio para marcar el número 28 en la frente, y el añil para pintar la cara a las personas y estampar una mano en la espalda, como un hierro al ganado. Durante este día las personas suelen disfrazarse, existen algunos disfraces que persisten en el tiempo como: el torito de morichal, la osa de Pedro Pérez, la burra hecha carro de tojolito, los morochos de Pedro Arcila, las damas antañonas, todos estos reviven en el tiempo. Actualmente los más persistentes y repetitivos son: los negritos de Chilo Rojas, las damas capitanas, entre otros. Estos disfraces son diferentes a los del Carnaval, no son pensados ni sofisticados, son simplemente cualquier cosa, lo más estrafalario que se le pueda ocurrir a la persona. La imagen del mono como figura central de la fiesta, tiene sus antecedentes en el aprecio y devoción de los indígenas por este animal ya que protegía las cosechas al espantar los pericos, evitando así que arrasaran con la siembra. La danza presenta gran riqueza de elementos de posible origen indígena, aun cuando es innegable que se han mezclado con otros de antecedentes africanos, que seguramente llegaron por Trinidad, así como con aquellos otros propios de la cultura europea.

Los Carnavales de Caripe: Todas las casas y calles son adornadas con guirnaldas y flores de colores para la esperada adoración del rey Momo; y todas las instituciones públicas o privadas, participan con comparsas muy coloridas que desfilan a lo largo de las avenidas Enrique Chaumer, Bolívar y Rivero, acompañadas de reinas, disfraces y papelillos. También se realizan trajes individuales para optar al premio mayor. Aunque la fecha del Carnaval es variable, los caripenses tienen la costumbre de que después de las doce de la noche del 31 de diciembre, y luego de escuchar el Himno Nacional, es regla escuchar un calipso para comenzar a calentar los motores para estas festividades.

Velorio de Cruz de Mayo: La cruz, desde viejos tiempos, simboliza la bondad de la naturaleza, la primavera y la fertilidad de frutos y flores. En distintas regiones de Venezuela, se le rinde honor a la cruz como una manera de agradecerle los favores concedidos en lo referente al trabajo agrícola, por ejemplo, se le agradece la lluvia sobre los campos de siembra, las buenas cosechas, el alivio de la sequía y de la plaga. Según la tradición oral, esta manifestación data de 1879, año en el que fue introducida por los frailes católicos. Se cree que fueron los inmigrantes margariteños los que introdujeron la tradición de la cruz en el municipio Acosta. Para el velorio se prepara un altar donde se coloca la cruz, la cual es simbólicamente adornada con flores de distintos colores y tapada con un manto. El día del velorio, el 3 de mayo, se le reza un rosario y se interpretan galerones, jotas y malagueñas cuyas letras, con motivo de la ocasión, refieren la vida de Jesús, el sitio donde se encuentra la cruz o la feligresía. Cuando los cantos son de carácter profano, los cantores piden permiso a la cruz y la voltean. Mientras se le canta, se va despojando a la cruz del manto. Se hace un brindis con guarapita u otro licor tradicional. El velorio de la cruz, más allá de ser una ceremonia religiosa, es una fiesta en la que desborda la alegría. Esta fiesta es también conocida como alumbrado de la Cruz de Mayo.

En cada caserío del municipio Acosta se ha arraigado un personaje religioso que sirve de santo patrono. Las comunidades, como una manera de expresar su devoción, han formado bailes y coreografías las cuales ejecutan el día del santo en una gran fiesta colectiva. Éstas han pasado a formar parte de la tradición festiva local. Vale decir que la adoración a los santos en el municipio Acosta tiene su origen en la evangelización llevada a cabo por los jesuitas y los capuchinos, quienes, en honor a la religión católica, le designaban a cada caserío fundado un santo. Por ejemplo, en Ipure, se rinde homenaje a Cristo Rey; en Monte Oscuro, a la Virgen del Valle; en Los Caballos, a San José; en Los Corocillos, a la Virgen del Rosario; en Cerro Negro, a San José; en Tristé, a San José Obrero; en El Rincón, San Rafael Arcángel; y en San Antonio de Capayacuar, a San Antonio de Padua.

Aún se conservan procesos culturales que se originaron hace mil años en las comunidades prehispánicas. En aquella época sus pobladores se dedicaban a la producción artesanal de jarrones, chinchorros, taparas y tinajas, así como a la recolección de alimentos. La metódica relación naturaleza-hombre permitió a éste último utilizar recursos naturales para su beneficio, a favor de su desarrollo. Un ejemplo de ello fue la transformación de la yuca en casabe. Sin embargo la palma de moriche es uno de los recursos más importantes utilizado en las comunidades warao, que entre otros aspectos proporciona insumos para la elaboración de platos propios de su dieta diaria, como pan moriche, muy estimado por esta comunidad. El pan moriche se prepara con la yuruma, médula de la palma de moriche, que se tritura, remoja y amasa para que se desprenda su gluten, que se va sedimentando en el fondo de la totuma o vasija. Al botar el agua se coloca el sedimento al sol para obtener una harina ligera y suave, y a continuación se prepara con ella un alimento parecido al casabe, acompañante de varios platos. También se prepara en esta comunidad el yomo y mazamorra, con almidón de la fécula de la palma de moriche. Se elabora asimismo, con las fribras de la palma de moriche, enseres domésticos como chinchorros, cestas, cuerdas y koalas, donde cargan a sus hijos. La fabricación de humatas o mapires también es muy significativa en esta comunidad indígena, cestas de forma circular de tejido de palma de moriche, utilizada para trasportar alimentos. Igualmente se elabora con este útil recurso flotadores y arpones de pesca, todo tipo de instrumentos de trabajo y objetos de culto. Asentadas antiguamente en sitios conocidos hoy como Delta del Orinoco, actualmente están asentadas frente al puerto de Barrancas del Orinoco, El Malecón y los Barrancos. Esta comunidad warao conserva algunas costumbres heredades de sus antepasados, asimiladas así mismo por el resto de la comunidad venezolana.

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