Mitos y Leyendas del Estado Miranda Venezuela

 

Mitos y Leyendas del Estado Miranda Venezuela

Mitos y Leyendas del Estado Miranda Venezuela

Leyenda de la Botija de José Manuel Álvarez: José Manuel Álvarez fue un importante personaje histórico asociado al municipio Carrizal pues fue quien donó los terrenos para la fundación de esta comunidad. La tradición cuenta que Álvarez era poseedor de dos botijas de morocotas de oro fino las cuales fueron enterradas en un lugar solamente conocido por él. Poco después de enterrar este tesoro José Manuel Álvarez falleció en la población de Los Teques y el misterio de las botijas nunca fue develado.

Los familiares de Álvarez, conocedores del tesoro más no de su ubicación, iniciaron la búsqueda de las botijas sin éxito. Otras personas que también conocían lo relativo a las botijas empezaron a buscarlas de manera individual, también sin resultado alguno. Hoy en día se tiene la creencia de que el tesoro de José Manuel Álvarez está enterrado en el Cojo de la Coma, hoy plaza Bolívar o al noroeste del busto de Simón Bolívar, pues en épocas de lluvia y neblina se cree haber visto el espíritu de Álvarez recorriendo los alrededores de la estatua.

Leyenda del Encanto de Corralito: Se dice que en la comunidad José Manuel Álvarez, en la zona donde antes existió un pozo profundo, se aparece en las mañanas y en las noches una hermosa y joven mujer que tienta a los hombres. Se cree que la aparición es el alma en pena de una viuda adinerada que fue ahogada en un charco por unos ladrones interesados en apropiarse de su fortuna. Hace muchos años se consiguieron unos huesos humanos en la zona y, pensando que pertenecían a la aparecida, fueron trasladados al cementerio local. Sin embargo, dicen que el espectro seguía apareciendo, esta vez cerca de la casa de la familia Sotero, en un manantial que surgió después de haberse enterrado los supuestos huesos de la muchacha. Los dueños de la casa vendieron la vivienda, el manantial se secó y el fantasma dejó de aparecer.

Leyenda del Espanto de la Roca: Según cuentan se trata de un enano de gran cabeza y ojos encendidos que aparece en un lugar llamado La Roca, cerca de la antigua propiedad de los Velutini, próximo a Carrizal. Esta aparición ha sido vista por obreros, arrieros, y transeúntes especialmente al atardecer. Su historia es muy antigua, muchas personas lo atribuían al hecho de que en ese lugar existió una capilla y un antiguo cementerio; otras personas dicen que se trataba de jugarretas de los muchachos del pueblo, quienes al anochecer amontonaban paja seca, le prendían fuego y lo tapaban con láminas de zinc y hojalata, mientras simulaban una danza indígena sosteniendo en sus manos una tapara con una vela encendida, esto a fin de asustar a los transeúntes agitando la tapara, supuesta cabeza del enano. Esta aparición dejó de verse luego que el grupo de muchachos fue detenido por la denuncia de uno de los participantes.

Historias de Duendes: En el Municipio Carrizal son muchas las historias de duendes que conocen los pobladores una de ella asegura que hace al menos unos 50 años los campesinos del municipio, tenían por creencia la existencia de duendes, los cuales siempre estaban atentando contra la tranquilidad y buena razón de sus habitantes. Se dice que estos duendes aparecían de diferentes formas, y también afirmaban la existencia de hombres que se convertían en duendes para molestar a las mujeres que le atraía y que no era correspondido convirtiéndose en duende era transparente o invisible y así podía besar y acariciar a su amada sin que esta lo observara. Una de la manera que utilizaban los pobladores para cazar los supuestos duendes, era colocar en la punta de una escopeta un trozo de cabo de vela del Santísimo Sacramento bendecida, amarrada de una palma bendita en forma de cruz y en lugar de disparar la bala se disparaba el cabo de vela con la cruz en dirección a donde se creía estaba el duende, al impactar se revelaba el cuerpo del perverso, que por lo general estaba en calzoncillos y el torso desnudo. De esta manera los habitantes aseguran haber agarrados a más de uno que intento hacer daño a otras personas, usando poderes malignos. Son muchas las historias sobre duendes y espantos en la población de Carrizal, historias por las cuales la mayoría de sus habitantes evitan en lo posible acercarse a los caminos y senderos aislados llenos de vegetación. Cuentan en el municipio que en una oportunidad un conocido jardinero fue contratado por un señor muy adinerado para el mantenimiento de su jardín, el cual estaba lleno de mucha maleza y árboles porque nadie quería trabajar allí debido a que el sitio tenía fama de estar embrujado por duendes. El recién contratado desapareció por unos días y finalmente apareció en las afueras de Los Teques. Éste contó que durante el día no escuchaba ni veía nada fuera de lo común, pero durante la noche los duendes no lo dejaban dormir debido a que el techo del lugar en donde dormía era de zinc y le arrojaban piedras a cada momento haciendo un ruido terrible.

Leyenda del Pozo del Ahorcado en Carrizal: Esta historia se ha transmitido de generación en generación manteniendo su arraigo entre la población de Carrizal. Cuentan que un personaje conocido popularmente como Cara ‘e gafo se ahorcó un día domingo en un árbol de jabillo ubicado en un barranco en el pozo hondo de Carrizal, el cual se formaba antes de la unión del río San Pablo que baja de la finca Guadalupe —hoy es un tramo de la carretera Panamericana—. Luego de este suceso al lugar se le dio el nombre de El pozo del ahorcado y con el transcurrir del tiempo pasó a ser El barranco del ahorcado, siendo por mucho tiempo el sitio escogido por personas que tomaban la determinación de terminar con su existencia.

Leyenda del Aparecido de las Tapias: Se cree que entre noviembre y diciembre, fecha de recolección del café, aparecía en el actual terreno de la urbanización Club de Campo el espectro de un hombre al lado de una tapia. Este fantasma estaba vestido con pantalón blanco y blusa del mismo color, alpargatas, polainas y sombrero de pana, e iba armado con una escopeta recortada y un machete. Los peones de la zona ya estaban acostumbrados a la presencia del aparecido, sin embargo las mujeres, buscando darle paz a su alma, organizaron un rezo de ocho días con lo que lograron alejarlo de la zona por bastantes años. Cuando se inició la construcción de la urbanización un ingeniero descubrió en el terreno una pulsera con esmeraldas que se supone perteneció a un caza fortunas de apellido Brito, quien obtuvo la prenda hacia finales del gobierno de Juan Vicente Gómez y que probablemente es quien se aparecía en esta zona.

Leyenda de la Bruja de Carrizal: A comienzos de la segunda década del siglo XIX en Carrizal tuvo lugar un suceso de características singulares. Una muchacha de San Antonio acusó de estafadora a doña Pancha, conocida en toda la región como la bruja de Carrizal, quien tenía mucha fama, especialmente entre los enamorados del sector, por sus habilidades en el terreno del amor. De acuerdo a los testimonios de los habitantes la joven acudió a solicitar la ayuda de la señora porque el muchacho de quien ella estaba enamorada no le prestó la debida atención a sus pretensiones amorosas. La joven pagó a doña Pancha la cantidad de un bolívar por su trabajo y le prometió que al mes ella tendría esposo, pero como no se cumplió lo prometido la joven acusó a doña Pancha ante el jefe civil de Carrizal. La acusada expuso ante la primera autoridad del pueblo lo que solía recetar a las muchachas con problemas de amor. Días después la muchacha logró conquistar al joven motivo por el cual retiró la acusación.

Espantos de Carrizal y San Antonio: Cuenta la tradición que en la época de la guerra, la cual traía consigo el hambre, las calamidades, y el dolor, muchos individuos ocultaban ganado robado en un lugar denominado Alto de la Llanada, ubicado entre Carrizal y San Antonio. Sacrificaban a las reses durante la noche y luego colocaban en cada senda del camino a personas de confianza, los cuales emitían sonidos de ultratumba, para espantar a los viajeros que se trasladaban después de las diez de la noche a sus viviendas en Carrizal y San Antonio, de allí se origina la tradición de los espantos la cual se comenta hasta nuestros días. A raíz de esta leyenda a ese lugar se le dio el nombre de Los Tazajeros, el cual alude al oficio ilegal que allí se llevaba a cabo.

Leyenda de la Llorona: Se dice que durante las noches de luna llena, precedido de un llanto desgarrador y escalofriante, este ser de ultratumba anuncia su presencia. Esta leyenda es muy común en la región central del país. Trata sobre una mujer que perdió a su hijo trágicamente, y desde ese entonces vaga por lugares desiertos llorando sin consuelo alguno. Se dice que la llorona se suele aparecer a las personas que transitan durante la noche por lugares solitarios y tenebrosos.

Los Espantos de La Montañita: La montañita es un paraje de gran concentración de árboles y plantas, por donde se debe pasar para llegar hasta la población de Santa Isabel. Desde hace aproximadamente sesenta años esta zona era considerada de temer pues en más de una oportunidad salían espantos que atemorizaban a sus transeúntes. De manera que había que pasar de prisa, y procurar que la noche no agarrara desprevenido a algún incrédulo, pues sus cuentos eran conocidos de inmediato.

El Ecupe-tierra, Leyenda: Aun viven los descendientes de quienes aseguran haber visto esta aparición, recuerdan con temor los relatos que remontan a situaciones de por lo menos sesenta años atrás. El escupe–tierra era una aparición que asustaba a quienes regresaban a casa después de una parranda, o a quienes osaban trabajar en Semana Santa. Existe la creencia de que un hombre que antes de enloquecer para siempre, dijo haberle visto la cara al escupe tierra; sus amigos relatan que él se separó del camino cuando regresaba con un grupo de hombres de una fiesta, los amigos inmediatamente escucharon el escalofriante grito de terror del hombre atemorizado, lo encontraron desmayado, al recuperarse solo repetía que había visto al escupe-tierra y posteriormente enloqueció. Hay quienes aseguran haber visto sus escupitajos, un puño de tierra y piedra molida humedecida, la cual dejaba en las puertas de la casa de la persona que buscaba para atemorizar, luego se veían unas huellas de pie pequeño. Se dice que el escupe-tierra era un hombrecito pequeño, que vestía un palto oscuro, llevaba un sombrerito, y se terciaba un mapire, siempre ocultaba su rostro, y si se lo dejaba ver era para enloquecer a quien lo viese. Existen relatos de quienes osaron darle cacería para que dejara de molestar a sus amigos y familiares, y todos coinciden en que el escupe tierra corría y solo dejaba tras de sí sus huellas y el escupitajo. Un campesino regresaba a caballo de Los Teques hace al menos unos setenta años atrás y vio a pleno mediodía que el escupe-tierra se atravesó en su camino, enfurecido porque se sabía un hombre a quien no debía aparecerle, enfundó el caballo a toda prisa para atraparlo, el espanto aceleró la marcha y no se podía alcanzar. De inmediato desapareció ante su vista y sintió que está detrás de su caballo a un paso lento y con la cabeza gacha, asustado por el fenómeno el hombre decidió dejarlo atrás y no volver a buscarlo.

Espantos de la casa de la Galería Nº 39: La comunidad de El hatillo asegura que desde hace mucho tiempo en la casa donde hoy está la Galería Nº 39 se oyen ruidos, pisadas, sonidos de tacones que van y vienen y se sienten otras manifestaciones de índole sobrenatural. La gente del pueblo atribuye esto a espíritus que tratan de echar a las personas que ocupan el lugar, al parecer porque no desean que la casa sea habitada. Hay personas que inclusive aseguran que por esa razón los negocios que se establecen en el local duran poco tiempo.

Leyenda de la Iglesia construida por El Diablo: La leyenda cuenta que el monseñor Guevara iba por la bajada del mMsico de La Unión montado en su bestia cuando vio a un negrito caminando en sentido contrario. Al padre le pareció sospechoso y decidió probar si era el diablo. Cuando se le acercó, se quitó las sandalias y las dejó caer. El negrito se agachó para recoger las sandalias y el padre le lanzó los cordones de San Francisco, entonces el negrito se convirtió en caballo. El padre se trajo al caballo, atado con los cordones, hasta el lugar donde se estaba levantando la iglesia y lo puso a trabajar jalando la carreta en la que se transportaban las piedras por el camino real, hasta más allá del colegio Conopoima. Al cabo de un tiempo, el caballo empezó a enfermar y aunque pasó tres días sin comer el padre dio instrucciones precisas al monaguillo para que no lo soltara. Pero el caballo se desmayó más tarde y cuando el monaguillo le aflojó los cordones para ver qué le pasaba, el animal escapó. Desde entonces según aseguran el diablo anda suelto. Algunas versiones de esta leyenda colocan como protagonista a un burro en vez de un caballo. Esta leyenda ha sido utilizada por el artista Josu Calvo como tema para una de sus composiciones.

Leyenda de la Langosta de Oro: Durante el siglo XIX y principios del siglo XX fueron muy comunes las asoladoras invasiones de langostas que acababan con los cultivos. Sin embargo, la fe del pueblo que consagraba sus peticiones a la Patrona de El Hatillo, Santa Rosalía, logró el milagro: la desaparición de la langosta. En honor a este suceso feliz los pobladores elaboraron una langosta de oro de una longitud de 15 cm que colocaron en el brazo derecho de la imagen de la Santa. A pesar de que se robaron esta pieza simbólica, ha sobrevivido la historia del milagro y su agradecimiento, materializado en la langosta de oro.

Leyenda de las dos Comadres de Piedra: Se cuenta que un Viernes Santo dos mujeres comenzaron a pelear en la quebrada de Jesús por un jabón. Primero las mujeres se gritaron, luego se maldijeron, hasta que comenzaron a empujarse y a jalarse los cabellos. De repente, sintieron una violenta sacudida y cuando asustadas quisieron separarse, no pudieron hacerlo ya que se convirtieron poco a poco en piedra. Esta historia, reservada en la antigua tradición oral hatillana, refleja claramente una moraleja: los días religiosos deben respetarse conservando un comportamiento coherente con la ocasión.

La leyenda del Indio Tapiado: La gente cuenta que en las remodelaciones que se hicieron en las casas de la calle La Paz, se encontró tapiado en una de las paredes un cuerpo que por sus características se cree que era un indígena. Muchos aseguran que el alma de este indígena pena en las noches. Algunos dicen que el dueño de la casa colocó el cuerpo de nuevo en la pared, para evitar curiosos, pues estaba remodelando la casa, para alquilar locales comerciales y temía que esto alejara los posibles clientes.

Leyendas de las Quebradas: Los pobladores de la zona de Turgua hablan con frecuencia de encantos o espíritus que viven en las aguas de las quebradas, que provocan la desaparición de los que intentan bañarse solos en sus aguas. Otra leyenda cuenta que en tiempos muy remotos, "cuando los budares eran de piedra", los habitantes de Turgua y Quintana construían sus casas a orillas de la quebrada, pero una creciente se llevó todas las casas y desde entonces, la gente hizo sus casas en las zonas altas.

Culto a María Lionza: Cuentan que en las Cuevas del Indio, lugar donde se han conseguido especies de minerales y animales de muchos años de antigüedad, se practicaban hasta no hace mucho rituales en honor a la diosa Maria Lionza. Estas cuevas han sido siempre una fuente inagotable de leyendas. La oscuridad permanente que reina en ellas, lo apartados lugares donde se encuentran, así como también su sorprendente fauna que son un constante estímulo para la imaginación.

Leyenda del Niño Jesús de Capaya: Cuentan los pobladores que cuando el Niño Jesús no quería estar en la iglesia se desaparecía y todo el mundo lo buscaba. Estos decían que se lo habían robado y luego lo encontraban en el río de Capaya con la ropita toda llena de "Camaiento", los pobladores lo agarraban y lo llevaban a la iglesia de nuevo.

La leyenda de la Curva de El Cinco: Se cuenta que desde hace muchos años un espectro se le aparece a las personas que transitan por el caserío ubicado a 5 km de Caucagua, conocido como el Lugar de El Cinco. Quienes lo han visto, aseguran que el muerto suele manifestarse en horas de la noche colgado de un árbol de guayabo, a las orillas de la carretera. Desde ahí, se lanza en medio de la carretera, haciendo que los transeúntes corran despavoridos al constatar que al muerto, además, se le ven las tripas. Una de las historias más conocidas es la de Juan Marrero, a quien cuentan que un día el difunto se le metió en la maletera de su carro, impidiendo que el vehículo avanzara a mayor velocidad debido al peso que representaba. Según aseguran, Marrero estuvo muy nervioso, pero se calmó cuando, al llegar a la subida de Los Cerritos, el muerto se bajó de su carro. Actualmente en el lugar sólo quedan restos casi invisibles en medio de la vegetación que domina el lugar.

Leyenda de la Palma: Dicen los palmeros que los muñecos, como le dicen a los espíritus de los palmeros fallecidos, les hablan o les hacen señas a través de la palma. Cuentan que no hace mucho una palma le hizo una señal de no a un palmero, quien interpretó esto como una advertencia y luego decidió que ese sería su último viaje. De esa vez en adelante el señor sólo hace una parte del trayecto.

Espanto del pato de El Pedregal: En varias oportunidades se ha visto un animal parecido a un pato que vuela por los techos del callejón Poleo. Este mismo espanto acostumbra a hacer ruidos en los techos de las casas hecho que algunos enfrentan pronunciando groserías para que el animal se vaya. Hay quien señala que si se le atrapa y golpea, al día siguiente amanece alguien amoratado y se descubre quién es el fantasma del pato. A pesar de que se la ha aparecido a muchas personas en el sector, nadie le ha podido "caer a palo". Esta historia se asocia también a la mata de mango que se menea sin brisa y a una bruja que se la pasa volando por los techos del callejón.

El Encanto de la Quebrada de Cuyaya: Se cuenta que en los alrededores de la quebrada de Cuyaya vive un encanto, identificado como el espíritu de un señor que se llamaba Mauricio, quien, hace muchos años, salió a pescar para alimentar a su familia pero desapareció en la cueva de Ñá Plácida. Cuenta la leyenda que un día de mucha lluvia, una señora caminaba por el lugar cuando de pronto vio ante ella un árbol negro que parecía una persona. Se apresuró a llamar a su hija para que lo viera pero entonces el árbol desapareció y dejó de fluir el agua de la cueva de Ocumare, también conocida como quebrada de Mauricio. Se dice que hoy en día, tanto la cueva Ñá Plácida como la quebrada de Cuyaya, se encuentran custodiadas por el fantasma del señor Mauricio, el cual se le ha aparecido como espanto a algunas personas de la zona. Los visitantes más creyentes acostumbran visitar la quebrada con una bolsa de sal para irla echando en el agua y así evitar que el encanto se les aparezca.

Encanto de Chanchamire, Leyenda: El encanto de Chanchamire es una leyenda sobre el espíritu de las aguas y los dueños de los peces. Vaga por la profundidad de las aguas, de un lugar a otro, en una hora y lugar determinado. Este espíritu de gran tamaño y figura barbuda siempre está pastoreando y continuamente cuenta sus peces. Encoge su cuerpo cuando bajan las aguas y al llegar el verano llueve de manera copiosa sobre las atarrayas. Los peces se recogen y él los conduce al fondo de la laguna. Muchos de los peces que allí viven tienen un buen sabor, entre ellos destaca el lebranche, lisa, mojarra, bagre, gallineto, pargo negro y camarón. Si alguien va a pescar en el caño debe darle al espíritu una cuarta y media de tabaco, media cura y una botella de aguardiente blanco, para que el encanto le propicie una buena pesca, de lo contrario su salida será inútil. Se dice que al encanto no le gusta el forastero absurdo, ni el nativo escéptico, por eso no lo ayuda con la pesca y lo ignora. Igualmente muchos creen que los espíritus antiguos de las aguas o los encantos, al tomar vida no pueden comprar sal y ajo porque las personas los identifican y descubre que no humanos. Por eso un encanto puede ser un venado, pescado, culebra tragavenado, pájaros gigantes, caimanes, cangrejo, humano, ríos y lagunas, ya que en su curso es capaz de tomar la forma que guste para evadir la presencia de los humanos fastidiosos y malignos.

La Pescadita de la Laguna, Leyenda: Es un espanto que desencadena fuerzas y perjudica a los pescadores. La pescadita, como se conoce, vive furiosa y se presenta como pescado y luego se transforma en una gran culebra tipo pitón. Cuenta la gente que nació producto de un maleficio en el que se le dio como padre a la noche y como madre a la muerte. A veces se metamorfosea en caimán y se deja cazar, pero cuando ya está presa desata su furia la cual se proyecta en la atmósfera en forma de tormenta, remolinos y de gran oleaje en la zona marina, fuera de la laguna. También aparece cuando la invocan a través del espíritu del mal para causar gran tragedia a los pescadores y a la gente de la comunidad.

La leyenda del Redoblante de los Diablos Danzantes de Corpus Christi, de San Francisco de Yare: La leyenda cuenta de un grupo de diablos que sin permiso de la cofradía se fueron a Caracas a bailar y a tocar. Después de haber disfrutado, decidieron regresar al pueblo en medio de la noche, quedándose en una casa en las afueras del pueblo. Cuando se fueron a dormir no pudieron conciliar el sueño pues sentían el toque del redoblante alrededor de la casa. Luego de haber vivido este misterio estos diablos prometieron nunca más salir fuera de Yare sin permiso de la cofradía.

Creencias de la noche de San Juan: La noche de San Juan es mágica, se cree que cortarse el pelo en una noche del 24 de junio le hará tener buena suerte y verter un huevo en un vaso de agua le permitirá, según la forma que tome observar el futuro. Llevar una ramita de ruda detrás de la oreja lo protege. El 24 de junio es el día más largo del año, porque es el período en el que ocurre la llegada del solsticio de verano durante la noche más corta del año. Una de las razones de su popularidad es la coincidencia del 24 de junio con el solsticio de verano, una de las fechas más importantes para muchos pueblos desde tiempos remotos, especialmente los pueblos del mar mediterráneo. La noche de San Juan, 23 de junio, es la más corta del año en el hemisferio norte y significa el triunfo de la luz sobre la oscuridad. En sus rituales las características principales son el sol, el fuego y el agua, y las hogueras que se encienden esa noche preservan de todo mal durante un año. La leyenda dice que las cenizas curan las enfermedades de la piel y que es conveniente saltar la hoguera un mínimo de tres veces para tener un buen año. Es una noche mágica en la que todo puede suceder, cuando las hierbas tienen propiedades que todo lo curan o espantan malos espíritus, las muchachas encuentran novio y el amor no tiene ataduras. Los tesoros escondidos brillan y pueden ser descubiertos y quien coge la hierba llamada verbena queda curado de todo mal. De aquí viene que en castellano a la fiesta se le llame verbena. Sin embargo, el elemento principal es el fuego. Los niños y las niñas recogen leña y muebles viejos bastantes días antes y los amontonan en un lugar determinado. La costumbre de encender fuegos parece que proviene de antiguos cultos paganos al sol, pero también está relacionada con la prevención de epidemias por el poder anti infeccioso y de alejar los malos espíritus que posee el fuego. La noche de San Juan es uno de los momentos, junto con la Navidad, que más acerca a las personas, ya sea en un entorno familiar o en un grupo de amigos, pues se celebra algo en común.

Leyenda de la Curva del Infiernito: Según la leyenda, en la curva del Infiernito, sector La Veraniega, un vehículo que trasladaba a una novia que iba retrasada para su boda, choca en esta curva muriendo instantáneamente, quedando su alma en pena para siempre. Algunos hombres que han sido infieles a sus mujeres, cuentan que en la citada curva se ha visto a una mujer vestida de blanco y con los zapatos en la mano pidiéndole a los conductores que la lleven a algún destino, luego de que se ofrecían a llevarla y pasaban frente al club La Veraniega, la mujer desaparecía sin dejar rastro.

Leyenda de la Loca de la Iglesia: Según la narración fue una mujer a la que dejaron plantada en el altar el día de su boda, pues su novio llamado Bitico no asistió. Algunos dicen que se arrepintió, otros que no tuvo valor. Los asistentes a la boda cuentan que la mujer lloraba y daba gritos, mientras se desgarraba la ropa. Desde ese entonces quedó desequilibrada y caminó por las calles de Ocumare y las carreteras aledañas. Lo más curioso es que aún en nuestros días la gente bromista le dice "Bitico no te quiere" y ella se pone a llorar y a gritar. Es una historia real, todavía se le ve caminar por las calles, aunque muchos ignoran su nombre.

Leyenda de la sequía de 1740 y el Corpus Christi: En el año 1740 hubo una sequía severa en la zona, situación que alarmó a los dueños de las haciendas. Ante la necesidad ellos realizaron una gran promesa: otorgarle la libertad a los esclavos el día de la celebración de Corpus Chisti y eliminar sus faenas de trabajo, sin que ninguno fuese perseguido ni reprendido, aunado a la celebración de una misa y una procesión para el Santísimo Sacramento. Mientras se efectuaba la misa, en las afueras de la iglesia se encontraba la población de la comunidad, mestizos e indios. De forma inesperada empezó a llover torrencialmente, causando una gran emoción entre ellos, manifestada a través de los bailes al repique del tambor y del sonar de las maracas de los indígenas. Esta es una de las leyendas que está muy relacionada con el hecho de que llueva el día de la celebración del ritual de los Diablos Danzantes de Corpus Christi de San Francisco de Yare.

Leyenda del Fantasma del Cementerio La Democracia: El cementerio del sector La Democracia se encuentra ubicado en una cuesta a las afueras del pueblo. Cuentan que en una oportunidad en un día de lluvia, uno de sus pobladores iba por dicha cuesta y en la mitad del trayecto no sabía si continuar o retroceder, fue entonces cuando se encontró con una figura de aspecto humano suspendida en el aire. El hombre víctima de la impresión y el terror, corrió cuesta abajo y cuando llegó a su casa se desplomó desmayado, al recobrar el conocimiento contó lo que le había sucedido, quedando de esta forma la historia en la memoria de los pobladores de la zona.

Leyenda de la Criatura de la Represa: Muchos de los habitantes del municipio relatan acerca de una extraña criatura de aspecto semejante al de una sirena de color grisáceo, que hasta no muchos años aparecía en la represa de El Lagartijo. Se dice que unos pescadores y bañistas que acudían al lugar, descubrieron que se trataba de una familia de manatíes. Impresionados ante tal evento decidieron cazar al grupo de animales, logrando capturar a la hembra y a su crío, que murieron a manos de los pescadores. Comentan que el manatí macho logró evadirse de la persecución, y es este animal quien hace que los cuerpos de los ahogados en la represa salgan a flote.

Leyenda del Tigre de Tocorón: Los pobladores de Tocorón cuentan de un rugido muy peculiar, fuerte, profundo y continuo que proviene de un tigre que anteriormente rondaba en la comunidad. Para ellos representa un buen augurio, porque al oírlo suceden cosas buenas para toda la población y sus moradores. Este rugir se siente cada diez años.

Leyenda de la Mula Maneada: Hay muchas leyendas de espectros fantasmagóricos que rodean los distintos poblados de Tomás Lander. Entre ellos destaca la historia de una mula, a la cual llaman maneada. Según cuentan los pobladores de la localidad, es una mula espectral cuyas patas están amarradas con un mecate. La historia además sostiene que ésta fue entrenada por una mujer muy adinerada dueña de una hacienda para dar mortales patadas, empleándose para dar castigo ejemplar a los esclavos que laboraban en la misma. Con el tiempo, la mula fue volviéndose cada día más peligrosa y fue necesario manearla, atarle sus patas con una soga. Un día ocurrió un incendio en la hacienda y la mula no pudo escapar, desde entonces comenzó a aparecerse por la localidad. Quienes la han visto dicen que se va agigantando hasta alcanzar un tamaño inimaginable, llegando a producir un feroz espanto a todo aquel que se percata de su presencia.

Leyenda del Fantasma de la Enfermera en San Francisco de Yare: Se trata de una mujer que era enfermera, y sufrió un accidente de tránsito estando uniformada. Desde entonces cuentan que han visto en la avenida principal de San Fernando de Yare, a altas horas de la noche, su ánima en pena. Hecho que abruma a los transeúntes, ocasionando accidentes en la vía.

Leyenda de la Hechicera Apacuane o Apacuana: En 1577 los indios quiriquires comienzan a organizar una nueva sublevación para obtener su libertad, de allí nace una valerosa indígena llamada Apacuane, madre del cacique Guasema, prestigiosa hechicera y curandera de probadas virtudes. Ella anima la protesta y estimula la rebelión contra los invasores españoles. Se había encargado de curar a su pueblo de numerosas enfermedades y conocía las propiedades de las plantas. Luego de ver perder tantos hermanos de la tribu, se propuso alimentar los espíritus de su pueblo. Con su sabiduría supo alertar a sus hermanos sobre los propósitos de los españoles de esclavizarlos y saquear sus riquezas. De allí nace la primera guía espiritual de los indios quiriquire.

Leyenda de Mauricio: La leyenda de Mauricio es una historia de mucha emotividad para los lugareños que se sienten orgullosos de su idiosincrasia, y así mismo resalta la belleza y majestuosidad de la montaña que lleva su nombre y constituye parte de su patrimonio. Ésta trata sobre una especie de deidad consagrada a la defensa y cuidado de las aguas, flora y fauna que circunda la sabana de Ocumare del Tuy y sus alrededores. La historia cuenta que un joven llamado Mauricio desapareció por tres días y su madre lo buscó por todas partes y no lo encontró. Luego el pequeño apareció pero su madre sentía que el niño estaba diferente, que había cambios en su imagen, su mirada y su oído era más agudo. Con mucha ternura Mauricio miró a su madre y le dijo que tenía que volver para cuidar del bosque y a sus animales. Le dejó una moneda de plata a su madre y luego desapareció. Otra de las historias en torno a Mauricio cuenta que en una oportunidad fue al pueblo a comprar sal, hubo una redada y por no tener documentos que lo identificaran, lo dejaron en un calabozo de la prefectura. El jefe de la policía le dijo a Mauricio que si no tenía un familiar que traje se su identificación no saldría. El respondió que lo dejaran salir pues si no regresaba la naturaleza lo reclamaría e iba a llover tanto que se iba a inundar el centro del pueblo. Todos se burlaron y repentinamente comenzó a llover tan fuerte que se inundó la prefectura y sus alrededores, a tal punto que lo dejaron salir. Cuando Mauricio logró internarse de nuevo en el bosque, de inmediato cesó la lluvia.

Leyenda del Cacique Yare: Cuenta la leyenda que Yare era el cacique de los indígenas kirikiri, quienes al parecer eran descendientes directos de los caribes. Según el relato este cacique, protagonizó encarnizadas luchas que lo obligaron adentrarse a lo largo de las riberas del río Tuy hasta llegar a la región de Yare; lugar donde se dedicó por completo a cultivar la tierra y a mantener el legado de su pueblo.

Leyenda de la Sirena en la Laguna: Según cuentan los habitantes de la localidad, esta leyenda se refiere a un ser comparado con una sirena que aparece en la laguna ubicada entre La Aguada y Quebrada Seca. Los relatos señalan que aparece de manera sorpresiva causando una gran conmoción y miedo entre los pobladores, quienes la han bautizado como la sirena de la laguna. A lo largo de sus apariciones se tejen varias versiones entre ellas, que viene en busca de aquellos hombres mujeriegos para llevárselos al fondo de la laguna. Otros sostienen en cambio que con su canto atrae la atención de sus presas y la mala suerte para todo aquel que la ve.

Leyenda del Jinete Sin Cabeza: Cuentan que por la calle El Mamón, los días lunes por la noche, pasaba una carreta conducida por un jinete sin cabeza. Según varios relatos, este era el espíritu sin descanso de una persona a la cual la habían decapitado en el sector, razón por la cual su espectro vagaba en busca de venganza. Aunque hubo personas que nunca lo vieron, éstas sí escuchaban el ruido de las ruedas de la vieja carreta pasar a lo largo de toda la calle.

Leyenda del Diablo en Ocumare del Tuy: Cuentan los pobladores de la zona que por aquellos tiempos cuando todavía no había llegado la luz eléctrica y los caminos eran agrestes y de piedra, pasó uno de los primeros pobladores de la región, a quien sorprendió la noche camino a su casa y de pronto, en la oscuridad y la soledad del camino, el individuo creyó oír un ruido y sintió una presencia que le puso los pelos de punta. Víctima del pánico, el hombre hizo correr a la bestia, cuando volteó vio una figura de aspecto fantasmal que lo perseguía y sólo pudo deshacerse de la misma cuando llegó a la entrada del pueblo. Esta presencia es llamada por todos los pobladores el espanto o el diablo.

Leyenda del Cunaguaro: La leyenda se remonta en los años de construcción del dique de El Lagartijo. Nace en el momento en que la Guardia Nacional realizaba la cacería de una culebra muy peligrosa llamada Anaconda que había creado su habitad en la represa, poniendo en peligro a los visitantes. En la cacería se destruyeron varios nidos de diversas especies de animales, entre los que se encontraba la del cunaguaro. Desde entonces se cuenta que el espíritu del animal vaga y su rugido estremece todo el territorio del parque. Los vecinos y pescadores atestiguan oírlo por las noches, y aseguran que cada vez que aparece, la pesca se reduce alrededor de tres meses.

Leyenda del Carretón del Diablo: Es una leyenda de muy vieja data y tiene como escenario el caserío Párate Bueno, hoy llamado Las Mercedes de Cúa. Cuentan los habitantes que en las noches de luna llena veían pasar un extraño carretón tirado por furiosos caballos, de cuyas bocas brotaban llamaradas de fuego. El conductor era un personaje oscuro que daba latigazos a las infernales bestias; la creencia popular afirmaba que aquél era el diablo, de ahí el nombre de la leyenda.

Leyenda de la Extraña Dama de la Avenida Perimetral de Cúa: Se trata de una mujer que atrae la atención de los conductores que transitan por la referida avenida y extasiados por sus encantos, chocan sus vehículos de modo extraño, sin explicación aparente. Al dirigirse en busca de la causante de su tragedia, constatan que la mujer ha desaparecido.

El Ánima de Cúa: En una pequeña capilla ubicada en el pasillo principal del cementerio de Cúa, se encuentra el lugar donde reposan los restos de Carmen Luisa Gómez Alayón, quien nació en San Diego de los Altos del estado Miranda el 16 de julio de 1902 y falleció en Cúa el 8 de mayo de 1977. Antes de morir dispuso que todos sus bienes se los donaran a la iglesia y cuentan que sus últimas palabras fueron: “todo el que tenga fe en mí le concederé la gracia para el alivio de sus penas”. Estas palabras están escritas en su lápida que permanece cubierta entre flores, velones y toda clase de ofrendas. Desde hace más de veinte años se le conoce como el Ánima Milagrosa de Cúa, formando parte de la fe y las creencias populares, sobre todo de los jóvenes que piden ayuda en sus estudios.

Leyenda del Cacique de La Palma: Esta leyenda trata del alma en pena del dueño de la hacienda La Palma, que quedaba al sur de la Siempreviva, entre el sector La Mesa y Palo Blanco. Se cuenta que este hombre, en vida, desalojaba y maltrataba al conuquero y al peón, mataba personas impunemente para apropiarse de sus tierras; se habla de un toro negro que aparecía que ninguna oración espantaba, en las noches en la finca de este terrateniente que se convirtió en cacique y el animal era el diablo con el que había hacho pacto. El día de su entierro había sido tan mala persona, que ni el mayordomo ni el peón ni el comisario del cerro asistieron a sus funerales. La sombra de este espanto grita por los montes y junto a ella se escucha una espantosa sirena.

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